El carácter de una persona es muy particular e imposible de cambiar. "Yo soy así, no puedo evitarlo“. ¿Cuántas veces has dicho o has oído esta frase de boca de familiares o amistades?
Tenemos buenas noticias: El carácter se puede cambiar y amoldar a nuestras preferencias y necesidades. Estudios durante largos años en diferentes etapas de vida de gran número de participantes demuestran que una persona se puede optimizar si realmente quiere.
Hay varios factores que influyen decisivamente en el carácter. La herencia genética es la que más pesa; además, en los primeros años de vida, el niño o la niña solo tiene como referencia el entorno familiar. Observa las reacciones de padres, hermanos, abuelos, etc. y las imita. Más tarde, en la escuela, maestros y compañeros también dejan huella en el carácter del individuo. Las propias emociones; la manera de interpretar vivencias y experiencias; la imagen que la persona tiene de sí misma y su actitud al superar un trauma contribuyen a moldear su carácter y su comportamiento.
Las influencias externas se cuelan en el subconsciente de manera automática; mientras el individuo no sea consciente de ello, no aprenderá a controlar y comprobar el resultado de dichas influencias. La niña o el niño necesita el apoyo de los padres para llegar a esta conclusión y desarrollar una fuerte autoconfianza, por lo tanto, son los padres los primeros que deben aprender a defender su subconsciente de influencias absurdas a fin de transmitir esta actitud a sus hijos.
Hasta ahora se consideraba al hijo o la hija como un objeto pasivo que debe obedecer, y punto. Ni padres ni educadores son conscientes de que un niño o una niña es una persona con necesidades individuales que busca orientación y no imposición. El niño se siente rechazado porque sus padres no lo escuchan, no se creen lo que él dice y no se interesan por sus problemas. La educación imperativa no sirve hoy día, ya que la democracia necesita individuos críticos, responsables, sociales, independientes y competentes.
Los padres y educadores deben ofrecer al/la joven posibilidades que le ayuden a desarrollarse en la dirección que él/ella prefiera. Se ha de pensar que esa juventud dirigirá el destino de la sociedad futura, así pues, a la hora de orientar a los jóvenes, los padres deben tener claro en qué clase de sociedad quieren vivir.
Los jóvenes tendrán un papel importante en la economía y en las condiciones de vida de la sociedad futura; sin embargo, el dinero o el poder no se debe anteponer a la calidad de vida, como se ha venido haciendo hasta ahora.
Hoy día tenemos más experiencia y sabemos que la satisfacción consigo mismo es más beneficiosa que la riqueza. Teniendo en cuenta esto, los padres y docentes deben orientar al/la joven en esta dirección; por ello, los padres tienen que aprender a escuchar a los hijos y ofrecerles las posibilidades que le permitan hacer realidad sus aspiraciones. Compensar déficits mediante inteligencia emocional; empatía; comprensión; lectura adecuada; enseñarles a contrastar informaciones; a formarse su propia opinión a base hechos comprobados. Esta es la única manera de que la/el joven aprenda a comportarse en un mundo tan complicado como el actual.
No solo matemáticas, ciencias naturales, física o biología son asignaturas importantes. La manera de comunicar con compañeros; de desarrollar competencias sociales y capacidad de resolución; de recopilar informaciones y valorarlas objetivamente también son materias imprescindibles en la formación de los futuros adultos, pues esto permite al estudiante aprender de forma más rápida y eficaz.
Apoyo y motivación por parte de padres y educadores es esencial para integrar al estudiante en la sociedad y sensibilizarlo por los problemas a resolver. El diálogo constructivo en la familia y en la escuela promueve la autoconfianza y autoestima del niño, así como el desarrollo de un carácter sólido.
Es responsabilidad de los padres ayudar a los hijos —ya desde el nacimiento— a resolver sus problemas y a crear la base de su futuro. En vez de control, normas o perfección; los niños necesitan confianza, comprensión y cariño. Las neuronas establecen rápidamente las conexiones necesarias, después, las complementa y perfecciona en la medida en que el cerebro recibe más informaciones al respecto. Si las informaciones que llegan al cerebro —por el motivo que sea— se dejan de utilizar, las conexiones neuronales desaparecen; en este sentido, los padres deben motivar a los hijos a prevalecer y continuar a pesar del fracaso y del cansancio.
Los chicos y chicas deben reflexionar sobre
El apoyo de familiares, docentes, compañeros y amigos es esencial en el proceso de
formar un carácter resiliente y feliz que mira confiado al futuro y contribuye a crear una sociedad más competente y solidaria. Trabajos en grupo, equipos deportivos y excursiones culturales consolidan la responsabilidad de la persona por sí misma y por la comunidad.
También te puede interesar...